Cerro Porteño inicia esta noche su participación en la Copa Sudamericana, enfrentando a la Universidad Católica de Chile, en el estadio San Carlos de Apoquindo, en el partido de ida correspondiente a la llave G7.

El ciclón de Barrio Obrero intentará soplar fuerte de visitante, en su estreno en esta competencia internacional, aunque la misma parcialidad cerrista no está convencida del andar de este plantel. Luego del estrepitoso fracaso en la Copa Libertadores, de la que el equipo ciclónico quedó eliminado con un solo punto en un grupo donde tuvo rivales muy limitados y primerizos en competencias internacionales, Cerro Porteño tiene la obligación moral ante su pueblo de hacer una excelente Copa Sudamericana, más aún que el eterno y tradicional rival, en tremenda campaña casi consigue su noveno título internacional. 

Será recibido por un equipo de la Universidad Católica, que seguro apostará a todas sus armas como local, y que tratará también de por lo menos reprisar la campaña de la edición anterior de la Copa Sudamericana, en la que quedó eliminado ya en semifinales contra el Sao Paulo.

En Cerro se anuncia el retorno de Luis Cardozo en la zaga central, lo que le puede dar un poco más de firmeza a la defensa, que últimamente ha sido el gran déficit del equipo de Francisco Arce, de quien también se espera que realice una buena lectura del partido que se le va a presentar, de tal forma a traer a Asunción el resultado que más convenga para el partido definitorio de esta llave.

Ante un equipo que tradicionalmente toca rápido y bien el balón, y que seguramente tendrá a Milován Mirocevic en su conductor, el "Chiqui" Arce ya habrá tomado las precauciones necesarias con el trabajo táctico correspondiente, que se basamentará en el poder de recuperación del "Gladiador" Oviedo. Julio Dos Santos tiene que cargarse buenas pilas para acompañar en esa tarea a Fidencio Oviedo, para ocupar los espacios, junto con el mellizo Oscar Romero, quebrar el circuito de juego que tratará de imponer la Católica, y darle la tenencia de pelota que requerirá Cerro para intentar jugar ofensivamente.

Cada partido es diferente, pero está claro que el gol de visitante es un factor determinante para la definición en el partido de vuelta. Confiamos en la juventud y en la potencia de los mellizos Romero, en las proyecciones y diagonales de Matías Corujo, y en la fortaleza de Guillermo Beltrán, para conseguir uno o dos goles en el San Carlos de Apoquindo.

Estoy convencido de que en Cerro hace falta que los jugadores y el cuerpo técnico, se impregnen de la grandeza que tiene esa remera azulgrana. La camiseta de Cerro significa pasión, amor incondicional de un pueblo hacia su club, y ya es momento de que este equipo, lleno de juventud, empiece a ser protagonista de glorias internacionales. Los jugadores tienen que mentalizarse en que son capaces, y deben convertir el amor que sienten hacia la casaca azulgrana en la mística requerida para lograr el tan ansiado primer título internacional, porque ese sacrificado, humilde y seguidor pueblo azulgrana, que tiene a Barrio Obrero como la capital de su sentimiento, es demasiado inmenso, y merece que su equipo le regale, de una vez por todas, su primera copa internacional. Cerro debe hacerlo. Cerro puede hacerlo. 

El partido se iniciará a las 21:50 de nuestro país, y será arbitrado por los uruguayos Daniel Fedorczuck (principal), Carlos Changala y Gabriel Popovitz, con trasmisión en vivo por Fox Sports.

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