Resumimos el concepto de "garra", utilizado en el ambiente del fútbol para calificar las ganas de un equipo de ganar un partido, como aquella característica que tiene un club, una selección, o un equipo determinado, de fuerza, coraje, empuje, pundonor, entrega y todas aquellas virtudes relacionadas con el esfuerzo físico, especialmente cuando no basta el talento, la técnica, y lo ensayado a nivel estratégico antes del partido, para poder ganar el partido con mucho corazón.
"Lo ganó con mucha garra" es un título que no pocas veces hemos leído en los periódicos, o revistas deportivas, haciendo alusión al equipo que "puso" más que otros de eso que se necesita poner cuando el equipo contrario está siendo superior, ya sea por individualidades notables, o simplemente por estar jugando mejor, futbolísticamente hablando. 

En Sudamérica, tradicionalmente las selecciones que tienen esta característica son las de Paraguay y Uruguay. Los guaraníes siempre tienen ese plus que dificulta y complica a los grandes como Brasil y Argentina, pues nunca dan una pelota por perdida, y siempre pelean hasta el último segundo de cada partido. La garra charrúa, con las mismas características que Paraguay, le agrega tal vez un poco más de técnica, combinando el talento futbolístico con la fortaleza física, peleando cada pelota como si fuera la última jugada del partido.

Pero cuando hablamos de garra, indiscutiblemente debemos quedarnos con la Garra Guaraní, por ser la característica que identifica el fútbol paraguayo, y que ya ha dejado varias jornadas épicas, tanto en mundiales, como en los torneos sudamericanos. 

Como olvidar aquel partido Paraguay - Francia en el mundial 1998. La selección albirroja se constituyó en el escollo más duro a sortear para la excelente selección gala, anfitriona y posterior campeona mundial. Deschamps, Djorkaeff, Thierry Henry, Trezeguet, y otras estrellas francesas no podían llegar al arco del gran José Luis Chilavert, pues Chiqui Arce, el Colorado Gamarra, Chito Ayala, el cabo Sarabia, Carlos Humberto Paredes, el Toro Acuña y Julio César Enciso estaban en todas partes. Cuando un jugador galo tenía la pelota, lo marcaban dos albirrojos. 

En aquél partido, Paraguay tuvo sus chances, y si no fuera por el arbitraje totalmente parcialista y localista, tal vez hubiera sido Francia y no Paraguay la que quedaba afuera. Pero todo estaba destinado a que Francia ganara el campeonato del mundo, pues tenía probablemente el mejor equipo del campeonato. Luego de varios rechazos de la defensa paraguaya, en el tercer centro consecutivo, David Trezeguet logra bajar la pelota al área para que Lauren Blanc, con disparo certero, doblegara la resistencia del hasta entonces invencible Chilavert, dándole la victoria a la selección local, en la primera definición por Gol de Oro implementada por la FIFA por primera vez en aquella justa mundial y luego de más de 110 minutos de partido.  

A mi, personalmente me queda como el mejor recuerdo la garra de aquél equipo albirrojo, pues si bien no contaban con un Salvador Cabañas, amigos, como decía el titular de la revista El Gráfico, las tenían bien puestas, hermano!

Un antecedente más reciente de que la garra paraguaya sigue muy vigente, constituye la última actuación de Paraguay en la Copa América, dejando en el camino a pintadas selecciones como la de Brasil, que resignó la continuidad de su participación en aquél torneo a manos de los aguerridos albirrojos.

Sin embargo, la selección paraguaya ha apagado bastante la imagen del "León Guaraní" en las actuales eliminatorias para la copa del mundo Brasil 2014, pues al término de la primera etapa de las eliminatorias, está última, y al borde de la eliminación.

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