Hace minutos, Sudamérica toda ha presenciado la más escandalosa final de un torneo de la CONMEBOL en los últimos tiempos. 

Al margen de la pamentosa crónica en vivo de Fox Sports, estilo a los que nos tienen acostumbrados a todos los sudamericanos los relatores, comentaristas y cronistas del citado canal de cable, se debe entender que hubieron hechos que deben ser investigados, y que no debería haberse dado por concluído el encuentro, dando ganador a Sao Paulo.
En los momentos en que redactamos este post, observamos en vivo y directo la entrevista de "Titi" Fernández a Jorge Borrelli, ayudante de campo del equipo de Tigre, notándose una cortadura, aún sangrante de Borrelli en el pómulo derecho.

Para los árbitros fué muy simple esperar los minutos reglamentarios para asumir que uno de los equipos no se presente a disputar el tiempo que falta del partido, y luego aplicar de esta manera, así de fácil, el reglamento para dar por terminado el partido, declarando campeón al equipo que estaba en la cancha.

A fuerza de ser justos, el mejor equipo del torneo, indudablemente es Sao Paulo. Sin embargo, los hechos ocurridos (me refiero a la negativa del equipo de Tigre a salir a jugar el resto del  partido, porque no estaban dadas las condiciones de seguridad para ello, reclamando la debida garantía), merecían una actitud más proactiva de las autoridades de la CONMEBOL presentes en el estadio, que, por ser la final, justamente estaban todos presentes, desde los árbitros y veedores designados, hasta el mismísimo presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Don Nicolás Leoz. Se debería haber investigado el hecho, y la conducta de las autoridades de la CONMEBOL debía haber sido coherente con lo que estaba ocurriendo, que fue bastante grave.

Lo que ocurrió fue que primero otorgaron la victoria al equipo local, y luego se preocuparon por darle a la delegación de Tigre las garantías suficientes para que no sufran ningún daño, cuando debió haber sido al revés, asegurar la integridad física del equipo visitante, y suspender el partido.

Muy liviana la conducta, tanto del árbitro del encuentro, como de las autoridades de la CONMEBOL presentes en el estadio Morumbí. Por su parte, la dirigencia del Sao Paulo, la policía, y los encargados de seguridad del estadio, han tenido una conducta absolutamente repudiable. 

Son estas las cosas que siempre estamos comentando de manera negativa de los dirigentes de la CONMEBOL, que apañan este tipo de hechos, inclinando el torso ante la mayor fuerza política de algunos clubes sudamericanos, en detrimento de los más equipos más humildes y sacrificados.

Y no escribiré más sobre esta vergonzosa noche, en que nos prendimos al televisor para ver una fiesta futbolística, pero nos vamos a dormir molestos por haber presenciado un acontecimiento totalmente bochornoso, y absolutamente indigno de una final de futbol.




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